Los toldos cofre son, sin duda, los más duraderos de todos. Esto es posible gracias a su mecanismo que permite recoger por completo el toldo, la lona, los brazos extensibles y el motor.
El material con el que está hecho el cajetín del cofre en el que queda guardado el toldo es de aluminio. En este modelo el toldo no puede ser manual, sino que lleva instalado un motor eléctrico para recogerlo o plegarlo cada vez que se desee. El precio de este tipo de toldos es más elevado que el resto de modelos, pero es uno de los modelos que más duración tiene por lo que es una elección que muchas personas escogen.
El toldo cofre tiene un gran valor estético y técnico. La principal característica de los toldos cofre es su durabilidad, al quedarse metido por completo en un cajetín queda protegido del agua, del viento, de la suciedad y de la contaminación. Permitiendo así, una vida más duradera del toldo, siendo de hasta 20 años la vida del toldo, frente a los 10 años que se estipula que duran las telas del resto de toldos.
Otra característica muy importante es la estética que estos dan a las fachadas. Son toldos que se muestran muy discretos en la fachada en las que están instaladas. Además, se pueden diseñar a medida como el cliente desee según sus necesidades. Así como elegir el color del cofre para que sea lo más parecido posible al del lugar en el que se instalará, y por supuesto, el color de tela que quiera el cliente.
Además, a los toldos cofre se les puede dar diferentes formas o volúmenes que en otros modelos de toldos no es posible encontrar . Este mecanismo ha hecho que los toldos cofre estén en pleno auge en el mundo de la arquitectura moderna.
