Dentro del mundo de las pérgolas podemos encontrar dos tipos muy comunes: la pérgola con lamas o pérgola con lona. La principal diferencia de una a la otra son el material por el que estas cubren su techo.
La pérgola con lamas, están hechas con materiales inteligentes, ligeras y de última generación que permite que sus lonas giren sobre su eje casi 360 grados. Este tipo de pérgolas tienen muchas ventajas como poder elegir la cantidad de luminosidad que quieres en cada momento. Esto es posible ya que sus lamas permiten moverse quedándose de forma vertical o, incluso, cerrándolas por completo para que no entre nada de luz.
Otra de las ventajas que tienen este tipo de pérgolas es que es posible bloquear la radiación del sol sin quedarse con el aire fresco. Además, son mucho más duraderas que los toldos ya que se fabrican en aluminio de alta calidad por lo que no se daña, ni se oxida con la humedad. La pérgola con lamas pueden instalarse en cualquier terraza o jardín y se le pueden añadir cualquier tipo de cerramientos verticales.
Por otro lado, tenemos las pérgolas con lona. Estás puedes ser fijas o móviles según el modelo que se elija. Este modelo de pérgola hace posible crear un espacio libre de los rayos del sol en cualquier espacio exterior, con una estructura que se adapta a cualquier escenario.